Pantallas
Gracias por la inspiración amigo
Lo intentó una segunda vez. El resultado fué el mismo. Estaba embarazada.
Su marido llegó puntual del trabajo a las tres de la tarde. La besó brevemente en los labios.
- Cariño, tenemos que hablar...
- Vengo agotado, hablamos luego, ¿te parece? Ahora me apetece ver las noticias y comer algo.
Se sentó en el comedor a degustar los manjares que ella había preparado para él y a ver a través de su pequeña gran pantalla todo cuanto acontecía en el mundo.
- Voy a echar la siesta, si llama alguien le dices que llame más tarde -. La besó en la frente y salió al porche.
Una hora después despertó de una breve pero reconfortante siesta. Ella aguardaba en silencio a su lado el momento en el que se incorporara.
- Me encanta despertar de la siesta y sentirte a mi lado... ¡Ahí va, las cinco! ¡La Bolsa está a punto de cerrar! Ahora vuelvo cariño...
Se acomodó frente al ordenador y allí estuvo, inmóvil, durante una hora.
- Mi amor, hoy somos trescientos veintitrés euros más ricos...
- ¡No sabes cuánto me alegro! - Se armó de valor. - Más ahora que...
- ¡Las seis! ¡El partido! Andrés debe estar a punto de llegar. Me dijo que vendría a verlo con nosotros.
Andrés llegó y ambos se sentaron a ver como veintidós hombres en pantalones cortos corrían detrás de un balón.
- ¡Hasta luego Andrés! Y no dudes en venir a ver el partido cuando quieras, sobretodo si el resultado ha de ser como el de hoy. ¡Somos los mejores! - Andrés se fue y quedaron solos los dos. - ¿Sabes? Voy a escribirles un correo electrónico a Anna y Pablo...
- ¿Podemos hablar?
- Un segundo, si no se me olvida...
Se sentó de nuevo en el reconfortante sillón de cuero negro que reinaba en su despacho.
- ¡Cielo, Toni y Marta me han mandado el álbum fotográfico electrónico de su viaje a Perú! ¡Menudas fotografías! Voy a echarles una ojeada para conocer Perú.
Después de recorrer Perú se adentro en otros paises Sudamericanos.
- ¿Cenamos?
- Prepárate lo que quieras, yo creo que me haré un bocadillo y actualizaré mi página web mientras ceno.
Mientras cortaba un de poco queso y un poco de jamón, fue capaz de mandar tres mensajes de texto.
Antes de regresar al despacho se detuvo en el labavo. Sentado en la taza, mientras hacía sitio al bocadillo, intentó, una vez más, acabar con el enemigo final del último juego que había comprado para su videoconsola portátil.
- Cariño, ¿hablamos?
- Mejor mañana, con más calma. Ahora voy a intentar poner esto al día... Luego podríamos ver una película, ¿qué te parece?
- Me parece que me voy a ir a dormir, no me encuentro muy bien. Quizás lea algo mientras me entra el sueño...
Deseó que la siguiera, pero él se sentó frente al enorme televisor de plasma de la sala de estar y se sumergió en un mundo de fantasía audiovisual. No llegó a abrir ningún libro. El sueño pudo con él y se quedó dormido importándole poco perderse el final de la película. Ella, sólamente derramó una lágrima.
Amaneció en una casa vacía...
Lo intentó una segunda vez. El resultado fué el mismo. Estaba embarazada.
Su marido llegó puntual del trabajo a las tres de la tarde. La besó brevemente en los labios.
- Cariño, tenemos que hablar...
- Vengo agotado, hablamos luego, ¿te parece? Ahora me apetece ver las noticias y comer algo.
Se sentó en el comedor a degustar los manjares que ella había preparado para él y a ver a través de su pequeña gran pantalla todo cuanto acontecía en el mundo.
- Voy a echar la siesta, si llama alguien le dices que llame más tarde -. La besó en la frente y salió al porche.
Una hora después despertó de una breve pero reconfortante siesta. Ella aguardaba en silencio a su lado el momento en el que se incorporara.
- Me encanta despertar de la siesta y sentirte a mi lado... ¡Ahí va, las cinco! ¡La Bolsa está a punto de cerrar! Ahora vuelvo cariño...
Se acomodó frente al ordenador y allí estuvo, inmóvil, durante una hora.
- Mi amor, hoy somos trescientos veintitrés euros más ricos...
- ¡No sabes cuánto me alegro! - Se armó de valor. - Más ahora que...
- ¡Las seis! ¡El partido! Andrés debe estar a punto de llegar. Me dijo que vendría a verlo con nosotros.
Andrés llegó y ambos se sentaron a ver como veintidós hombres en pantalones cortos corrían detrás de un balón.
- ¡Hasta luego Andrés! Y no dudes en venir a ver el partido cuando quieras, sobretodo si el resultado ha de ser como el de hoy. ¡Somos los mejores! - Andrés se fue y quedaron solos los dos. - ¿Sabes? Voy a escribirles un correo electrónico a Anna y Pablo...
- ¿Podemos hablar?
- Un segundo, si no se me olvida...
Se sentó de nuevo en el reconfortante sillón de cuero negro que reinaba en su despacho.
- ¡Cielo, Toni y Marta me han mandado el álbum fotográfico electrónico de su viaje a Perú! ¡Menudas fotografías! Voy a echarles una ojeada para conocer Perú.
Después de recorrer Perú se adentro en otros paises Sudamericanos.
- ¿Cenamos?
- Prepárate lo que quieras, yo creo que me haré un bocadillo y actualizaré mi página web mientras ceno.
Mientras cortaba un de poco queso y un poco de jamón, fue capaz de mandar tres mensajes de texto.
Antes de regresar al despacho se detuvo en el labavo. Sentado en la taza, mientras hacía sitio al bocadillo, intentó, una vez más, acabar con el enemigo final del último juego que había comprado para su videoconsola portátil.
- Cariño, ¿hablamos?
- Mejor mañana, con más calma. Ahora voy a intentar poner esto al día... Luego podríamos ver una película, ¿qué te parece?
- Me parece que me voy a ir a dormir, no me encuentro muy bien. Quizás lea algo mientras me entra el sueño...
Deseó que la siguiera, pero él se sentó frente al enorme televisor de plasma de la sala de estar y se sumergió en un mundo de fantasía audiovisual. No llegó a abrir ningún libro. El sueño pudo con él y se quedó dormido importándole poco perderse el final de la película. Ella, sólamente derramó una lágrima.
Amaneció en una casa vacía...
1 comment:
Eso pasa cuando no nos dejan hablar a las mujeres...
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