31.12.07

Feliz Año Nuevo

Apenas se veían el uno al otro. La oscuridad dibujaba sombras a su alrededor. La hierba estaba húmeda. Se quitó los zapatos y se dejó seducir por su frescor. La invitó a hacer lo mismo. Se tumbaron bajo un cielo nublado a la orilla de un lago inerte. Las luces de una ciudad ignorante, teñían de fuego opaco un cielo estático.

Se dejaron llevar por la brisa vespertina a una realidad de tímidas caricias inocentes. Sin querer se encontraron. Sin querer se besaron. Sin querer se fundieron.

Se aferró a ella como el dependiente a una droga. A ella, a en lo que él la había convertido. Buscó alivio a los espejismos de su desconsuelo. Lo encontró en un oasis de pasado desdeñado. En un presente efímero. De repente se imaginó a sí mismo, tumbado sobre la hierba, a la orilla de un lago, abrazándola. De repente la imagen de un caimán.

Cuando quiso darse cuenta la sigilosa criatura se abalanzó sobre ellos. Tuvo tiempo a escupirla de su regazo antes de. Su pierna corrió peor suerte.

"Feliz año nuevo," pensó, mientras una irónica sonrisa se tornaba mueca de dolor insoportable.

29.12.07

24.12.07

Ocaso

Se levanta semidesnuda dejándolo solo en el otrora nido de un amor que creyeron eterno. Con lágrimas en los ojos camina abatida hacia un rincón de la habitación. Allí, sobre una mesita de noche, residen los recuerdos del alba. Una tras otra, sin dejarse seducir por un mi sostenido, esconde las fotografías en un cajón, lejos del alacance de sus ojos, pero no de su corazón. Cuando regresa a la cama, deja tras de sí un rastro de marcos mancos de recuerdos. Él la abraza. Ella se deja abrazar, resignada.

- Es culpa mía, ¿verdad?

- No, no lo es.

- No puedo creer que me estés haciendo esto. Soy una idiota por pensar por una vez que existían los parasiempres.

- No digas eso.

- Estoy muy triste.

Se levanta de nuevo. Él le sujeta una mano que se desliza irremediablemente lejos de su alcance. Camina sin rumbo aparente de un lado a otro de la habitación. Un osito de peluche, los pantalones de un pijama, una camiseta de tirantes, un cepillo de dientes, un proyecto a medias. Los amontona sin cuidado sobre una silla derretida antes de esconderse de nuevo bajo las pesadas sábanas.

- Me parece que eso es todo.

Él agacha la cabeza. Quiere llorar pero le resulta imposible. Se reúne con ella en la penumbra y la busca. Se encuentran y se miran como nunca más volverían a mirarse. Se miran, se ven, se besan. La tristeza se torna inocente deseo. El tacto analgésico de sus cuerpos los traslada a una dimensión efímera de ilusoria esperanza. Lágrimas secas los devuelven a una realidad sin piel.

- Me gustaría morir mientras duermo.

- No digas eso.

- Tengo que ir a trabajar.

- ¿Quieres que te deje el coche? Lo tengo aparcado en la puerta de mi casa.

Se visten y caminan juntos a su casa bajo un sol pálido, avergonzado. Él abre la puerta y busca las llaves en el cajón de su escritorio. Ella, sorteando la mirada de los rincones, camina cabizbaja hacia la cómoda. Abre el segundo cajón, el suyo, y vacía su contenido en una mochila. Él la observa ahogado.

- Las llaves.

- Hasta luego.

La observa mientras desaparece envuelta en ojalata circunstancial.

Aún se verían una vez más antes de resignarse a abandonar el cielo de los que descienden. ¿Y después? Después el silencio, después el maldito silencio, y lágrimas, entoces sí, lágrimas.

23.12.07

21.12.07

nonsense

All of a sudden there is nothing around me.
I am alone.
The office would be empty if it was not for me.
I should let it be.
But I cannot get away from here.
Here I feel safe.
Here the deafening sound of silence do not let me think about distances.
Here I feel as empty as the building.
Unaware of my existence.
I am afraid of myself, afraid of my epilogues.
I am hiding from what I would do next.
As I write this, my heart shrinks, tears arise.
I never thought sadness is something you can be addicted to.
I needed my dose.
I am a monster.
A monster to myself, to those around me.
To those that let themselves be vulnerable to break my walls.
Now the walls are broken.
The floor is sinking under my feet.
I fall inwards, deep and dark.
My eyes melt, but there is still a light I can see.
Distant, faint.
That bright is the only thing I can look forward to when I am no longer who I think I was.
That light is a flame.
That light is your love.

17.12.07

Noventa Millas

Noventa millas dan para mucho.

Dan para cansarse,
para ser pesimista,
para ser optimista,
dan para descanasar y relajarse.

Dan para enamorarse y desenamorarse,
cuatro veces,
dan para arrepentirse,
dan para engañarse a uno mismo,
incluso para justificarse.

Dan para perderse,
para encontrarse,
dan para pincharse,
para llamarla,
para ser rescatado.

Dan para ser repudiado,
para ser admirado,
dan para mostrarse indiferente,
para mostrarse apasionado.

Dan para reinventarse,
para resucitar,
dan para amar, vivir,
para odiar, morir.

Dan lugar a la duda.

Noventa millas dan para mucho.

Dos milímetros,
dos milímetros dan para mucho más.

14.12.07

Toys

I got it for Christmas a long time ago.
So unexpected, it made my day, my year, I thought.
I stuck to it.
I couldn't get enough.
Always looking forward to the next time I was going to enjoy playing with it.
Hadn't been happier before.
Didn't remember, at least.
Tried to play with old ones, as well, but, eventually, I just forgot about them.
I was so happy.

Time.

The first time, I saw it in a store.
I wasn't even looking for it.
I dreamed about it.
It grown in my brain.
I surprised myself thinking about it while playing with what I thought was going to be my always favorite.
My desire for it exceeded the joy I was able to get from what I already owned.

Time.

I got it for Christmas a long time ago.
So unexpected, it made my day, my year, I thought.
I stuck to it.
I couldn't get enough.
Always looking forward to the next time I was going to enjoy playing with it.
Hadn't been happier before.
Didn't remember, at least.
Tried to play with old ones, as well, but, eventually, I just forgot about them.
I was so happy.

Time times twenty seven.

There aren't toys anymore, but the cycle, the cycle is still the same.

10.12.07

Fall Leaves

i always liked the picture. i always did. since the first time i saw it. you. not only because of the richness of the fall leaves. not only because of the bittersweet shades. not only because of the never ending amusing sidewalk. also because i enjoyed imagining you, laying on the ground, hiding before your camera, your passion then, looking for the pristine shot. i still smile.

i liked when you gave it to me. i liked you waited. i liked the black and white frame you chose to enhance it. i placed it in my bedroom then. where it has always been. time. one thing i never did was open it.

i just moved again after two subleases. one here. one there. now in pleasant street. while sketching my bedroom and splashing it with memories from the past, yours came along. your picture dressed in black and white. the frame was dirty. so was the glass.

one of your favorite things in the world. you wrote. in the hidden back of the picture. i enjoy them. as you hoped. we will not share falls. anymore. my heart wrinkled. my stomach creased. my eyes shivered. resigned sadness. tic tac. all the rational sandcastles i built were swept away. no room for reason. no room for logic. i have learned something today. time later. something that probably would not have changed the substance. something that would indeed have changed the form. paradox. something that makes you strong. something that makes me weak.

thank you.