Normas para mirarse
Primero debe uno sentarse delante de un espejo. Es mucho mejor sentarse, sobre todo si es la primera vez que uno lo intenta. Es difícil mantenerse de pie si uno no tiene práctica. A partir de aquí la idea es sencilla. Primero contempla tu imagen en el espejo para inmediatamente después cruzar tus ojos en busca de tu nariz. Mantén esa posición hasta que deje de ser incómoda. Deberías todavía ser capaz de ver, que no mirar, tu imagen borrosa en el espejo. A continuación, en lugar de volver a la posición inicial de tus ojos, sigue cruzándolos hasta que tu imagen borrosa en el espejo desaparezca por completo y te reciba la oscuridad. Oscuridad que, eso sí, dura bien poco. Un esfuerzo más antes de finalmente gozar de lo nunca visto, uno mismo. Cabe destacar que muchos de los que lo han conseguido no han vuelto nunca a su posición inicial, y no por imposibilidad, sino por voluntad propia. Otros, los verdaderos expertos, van y vienen. La mayoría, por desgracia, nunca lo consigue.
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