28.2.08

Pasará en New York City

Hacía tiempo que no se iba de vacaciones. Recordaba con nostalgia tiempos pasados en los que había recorrido el mundo a bordo de un espíritu humanitario que ahora vivía ensimismado. ¿Por qué New York City? Ni él mismo lo sabía. Tenía buenos recuerdos de la ciudad. Dos veces se había perdido ya en ella. Una solo, la otra acompañado. Recuerdos agridulces mientras pisaba la quinta avenida por tercera vez. La marabunta. La vio por casualidad, su teléfono móvil en una mano, su café en la otra, un bolso a la espalda.

"¡Tú!" No se percató y continuó su marcha.

"¡Vanessa!" Entonces sí, se giró.

"¿Juan?" Sorprendida de verlo.

"Sí, soy yo. ¿Me recuerdas?"

"Sí," tímidamente, contradiciendo el entusiasmo contenido de sus ojos.

"¿Qué haces por aquí?"

"Trabajo en la Universidad, ¿y tú?" Un breve suspiro de incertidumbre antes de mirar el reloj.

"Estoy de vacaciones. Volví a España hace mucho tiempo. ¿Cuánto hace que no nos veíamos?"

"Lo siento Juan, me tengo que ir, he quedado con mi marido y llego tarde, como siempre. ¿Estás solo?"

"Sí, pero no te preocupes. En cualquier caso, ha sido un placer cruzarme contigo. De verdad, un placer," su voz, nostalgia.

Ella agachó la cabeza incómoda y se despidió torpemente. Él la vio alejarse.

"¡Vanessa!" Sorprendido.

"¿Sí?"

"Nada, que te quiero, pero eso ya da igual," susurro a gritos.

Dio una patada al suelo y se acercó a él y le besó en la mejilla. Sonrieron una última vez como cuando el tiempo los erizaba y las nubes no eran nubes.

"Yo también, pero como tu bien dices, eso ya da igual."

Se alejó de nuevo, esta vez sí, para siempre.

2 comments:

Patxi said...

Me ha gustado mucho. Mucho.

Dr. Jorge said...

vaya, me alegro...