diariofrenia - 6eis de sie7e
Me levanto temprano y tropiezo con una zapatilla de deporte cuyos cordones son de color rosa rosa. Me duele la cabeza. Desayuno. Leche, Nesquik, cereales. Ayer la fiesta duró para mí menos de lo esperado. PAN estaba allí, o quizás no. A AH le gustó mi regalo. Un libro en castellano. Su novio es de El Prat del Llobregat, por lo que si quiere entenderse con sus suegros está obligada a aprender el idioma. Pienso por un momento, quizás dos, que no fue hasta que mi inglés fluyó que fui capaz de enamorarme en una lengua que no era la mía. Y entonces me pregunto, ¿es el idioma una barrera? No debería serlo, pero es sin duda un obstáculo. La primera vez que digo I love you, no lo digo yo, repito lo que algún actor dijo antes. Lo hago y me gusto. Ahora mis sentimientos ya no entienden de idiomas.
Tengo una reunión con FA. FA es el responsable de que me pase los días frente al ordenador. Es también, por lo tanto, el responsable del interesante bronceado producto de la radiación de la pantalla. A veces produzco, a veces no. La ciencia es cada vez más política. ¿Es eso bueno? ¿Es eso malo? Ni lo uno ni lo otro. Prefiero un científico haciendo política que un político haciendo ciencia. De esto último, sí estoy seguro.
Hay fiestas que nunca despegan. Hay fiestas que sí. Como la de hoy. Últimamente adopto siempre un papel secundario en ambientes densos. Dinámica de grupo. Me ausento. Me ensimismo. No logro que la mayoría de conversaciones que entretienen a los comensales me atraigan lo más mínimo. No consigo que las historias que esconden, tan o más interesantes que la que pueda esconder yo, me seduzcan. Es momento de intimar conmigo. Sin distracciones. Dicen que es a través de los demás. A través de los demás aprendemos cosas de nosotros mismos, sí. Quizás ese sea el porqué de mi esquizofrenia.
Nado y me paseo después un rato por un gimnasio plagado de clones que se esconden detrás de sus iPods. ¿Yo incluído? La gente vive en islas. Y, además, usa el ascensor. Gimnasio, segundo piso. Recepción, primer piso. En fin.
GI me dice que le apetece probar el speed pero que tiene miedo. Al hecho en sí, y a la posible reacción de sus amigos. Yo imito a Torrente, primero. Y le digo que no es algo que quieras hacer acompañado de nuestro amigo el miedo. Hace tiempo que no me drogo. Nunca lo he hecho de manera asidua, pero ahora habría que añadir el hecho de que tampoco bebo alcohol. Una de las personas más inteligentes que conozco, inteligencia reconocida por la comunidad científica internacional, me dice una y otra vez que no se fía de la gente que no bebe. Supongo que eso quiere decir que no se fía de mí. Aunque luego pienso en todo lo que me ha contado, y no sé que pensar.
Soy capaz de dormirme, si tengo sueño, junto al altavoz en un concierto de Iron Maiden.